Afortunado en el juego, desafortunado en amores, es un refrán que refleja la creencia supersticiosa de que existe una relación entre el juego y el amor, tal que si la fortuna te sonríe en el juego te gira la espalda en cuestiones del amor.
El refrán quiere significar que no se puede tener todo y que uno no debe vanagloriarse de los triunfos en un campo, pues se puede cosechar fracasos en otro.
Existen otras versiones similares, como Afortunado en cartas, desgraciado en faldas. También es corriente escucharlo a la inversa: Desgraciado en el juego, afortunado en amores.