¿Sabías por qué calificamos de TETA DE NOVICIA a una exquisitez?
Ser teta de novicia es frase ponderativa de la bondad extrema de algo, de su excelencia, de su insuperable exquisitez.
Esta expresión es similar a la castellana Comer en mesa de canónigo o a la italiana Bocato di cardenale. En el sentido y creencia de que los altos cargos eclesiásticos solamente se llevan a la boca aquello que es refinado y bueno, de delicado e insuperable sabor y calidad. Pues solamente estas dignidades pueden permitirse estos gustos tan refinados y caros.
Por ello, no parece que la teta de novicia haga referencia a la anatomía sino más bien a la teta de monja, un dulce elaborado con clara de huevo montada, crema Chantilly, vainilla y ciruela picada, cuya forma aperada evoca un pecho adolescente. Si la teta de monja es deliciosa, la de novicia ha de ser… sublime.