Quien mucho abarca poco aprieta es un refrán que aconseja que no deben emprenderse más asuntos de los que uno pueda buenamente desempeñar.
Atendiendo a una imagen muy gráfica, si se abarcan —en el sentido de rodear con los brazos— demasiados asuntos, no se puede apretar o ceñir con la fuerza suficiente y algunos pueden escapar a nuestra atención. De aquí que una de las acepciones de abarcar sea: Tomar alguien a su cargo muchas cosas o negocios a un tiempo.
Es frase equivalente al refrán latino Qui duos lepores sequitur, neutrum capit, ’el que a dos liebres persigue, se queda sin ninguna’.
Lo mismo que nos recomienda la siguiente fábula de Ramón de Campoamor:
El mancebo y los pájaros
Vio Gil de un árbol caer
cinco pájaros, y todos,
corriendo por varios modos
los quiso a un tiempo coger.
-Deja buen Gil de correr
que no cogerás ninguno.
¿A qué tras cinco, ¡importuno!
a un tiempo vas con ahínco,
si para coger los cinco
tienes que empezar por uno?