
¿Sabías por qué acusamos de SER UN CUENTO CHINO a la historia tan fantasiosa que está muy cerca del embuste?
El extremo oriente ha sido siempre un lugar en el que confluían las imaginaciones y fantasías de los europeos.
Aunque los viajeros de la Ruta de la Seda, por Damasco y Samarcanda, habían llegado muchas veces a Beijing, los europeos recelaban de las historias que se contaban, muchas veces cargadas de fantasías y leyendas.
El interés por aquellas lejanas tierras nunca decreció y en el siglo XIX eran muy comunes los relatos fantasiosos que tenían por objeto la China.
Por ello, cuando una historia es asombrosa o tiene una excesiva dosis de imaginación, la calificamos de cuento chino o cuento de la China.